jueves, 25 de noviembre de 2010

Ángel


Ella aun lloraba
por huir del príncipe.
Ni esperaba ni corría
dejaba que el tiempo pasara
como si eso fuese a calmarle el dolor.
Aunque fue su decisión,
se batía en duelo con su corazón
y le ganaban la batalla las lágrimas
y la sinrazón de las horas muertas.
Vagaba por la vida,como una ausente,
sin rumbo,sin destino y sin porvenir
en un valle de sombras negras
y solo quería dejarse morir...
Entonces, a lo lejos vio
una luz brillante que le cegaba los ojos
pensó que la muerte venía a buscarla
y peinó su cabello con las manos
dispuesta a su encuentro.
Quedó cegada por completo,
y al sentir su calor,
cerró los ojos
y se abandonó...
Y poco a poco
sentía como su piel
se sonrosaba de nuevo
la sangre fluía por sus venas
otra vez.
y ya no estaba fría.
Sentía unos brazos fuertes
rodear su cuerpo.
Contra su mejilla,
el cálido respirar
de un torso desnudo
y ya no sintió miedo
pensó si aquello era morir,
pero notaba su corazón
palpitar bajo el vestido...
Y aquellos brazos torneados
no eran del ángel de la muerte,
ni del príncipe de su tiniebla...
era un ángel de doradas alas
que la resguardaba contra su pecho.
Devolviendole la vida,
ofreciendole sus caricias
y ella, buscando con su mano
acarició sus labios
y besó al hombre
Pensando para sus adentros
si era verdad que los ángeles
existían...

jueves, 18 de noviembre de 2010

Muerte al príncipe oscuro


Hasta las princesas tienen un límite.
Él le arrancó el corazón, y se rió.
Ella,que tanto había esperado,
que tantas noches había tejido su alma
esperándole a él...
Y sólo consiguió sus besos oscuros,
a cambio vivió envuelta en su tiniebla.
Como si no fuese digna del resplandor del príncipe.
Olvidó que era princesa por amarle.
Perdió su dignidad, por adorarle.
Pasó tantos años esperando
que el le devolviera el corazón
que un día se llevó lejos.

Cierto que un día fueron muy felices
Tanto como que quedaron marcados para siempre.
El fué su gran amor y ella siempre fué su reina.
Pero no entregó más.
Prefirió las tinieblas
y un día ella se cansó de esperar...
De ser menos para él
que una de sus posesiones.
Y en una hora mala...
la última gota que colmó su vaso
el último vestigio de su dignidad...
Ella volvió a sacar su corona
se la ajustó bien,
y levantando la vista al frente,
abandono a su príncipe de la tiniebla
matando su oscuro corazón
por siempre jamás...